La Cuestión del Manifestador. Algo bello y extraordinario les está ocurriendo a todos los Manifestadores que habitan ahora mismo en nuestro planeta. Como tipo genético, los manifestadores están en la puesta de Sol de su vida. Los Manifestadores son, en muchos sentidos, el mas atrayente de los cuatro tipos. Cuando viven en su cenit, son verdaderamente inspiradores, ya que entonces manifiestan solamente belleza. Cuando son niños, los manifestadores son flores delicadas, algo así como orquídeas raras que necesitan cuidados y atenciones especiales en función de su diseño. Sobre todo, necesitan sentirse libres y poder mantener espacios muy abiertos en su relación con los demás y con la vida. Si tienes un hijo manifestador, deberías saber que tu hijo probablemente está años por delante de la mayoría de los niños de su edad. Es preciso que consideres cuidadosamente el tipo de educación que necesita esa criatura. No es probable que encaje con facilidad en el sistema jerárquico de las escuelas estándares. Será necesario buscar el terreno más fértil para esta rareza humana.

Ahora más que nunca, es muy importante dar a los manifestadores espacio suficiente para que se manifiesten. Esta es, por supuesto, una de las cuestiones mas importantes para ellos: “¿Me darán permiso?”. Para el niño manifestador, la respuesta está en manos de sus padres. Para el manifestador adulto, el camino para romper con sus condicionamientos puede representar un verdadero desafío.

Los manifestadores ya no pertenecen realmente a este planeta. Nos encontramos en medio de una mutación muy profunda en nuestra especie. En tiempos tan históricos e interesantes como los que nos toca vivir, hay un gran predeterminismo que hace que la gente se sienta confusa acerca del rol y de la dirección de la raza humana. ¿A dónde vamos tan deprisa? En tan solo cincuenta años habremos consumido las principales fuentes de combustibles fósiles. ¿Qué es lo que haremos entonces?

Desde el descubrimiento de Urano en 1781 nuestra especie ha entrado en la última fase de su mutación, y esta solamente puede ser descrita como un proceso de calentamiento global. Estamos pasando por la transición del ser humano de siete centros al de nueve. Los dos centros durmientes que antes estaban sin manifestar eran el Ego y el Plexo Solar. El Ego trajo consigo la ilusión del libre albedrío, mientras que el Plexo Solar nos aporta el potencial para una conciencia espiritual despierta.

¿Qué lugar ocupan los manifestadores en todo esto? Bueno, digamos que eran los únicos que parecían disponer siempre de libre albedrío! En la mayor parte del mundo, antes de la revolución industrial, la libertad individual era un privilegio casi exclusivo de los ricos y poderosos. No había realmente mas que dos tipos de humanos: líderes y seguidores. En el pasado, aunque solamente representan el 8% de la población humana, los manifestadores eran el arquetipo del poderoso líder tribal. Ahora, particularmente en occidente, podemos observar el ascenso de una extensa clase media de trabajadores que incrementa su independencia día a día. Una quinta parte de la humanidad tiene entre 10 y 19 años. Esta cifra representa una porción tan grande de la población global que en aproximadamente 10 o 20 años tendremos la mayor fuerza de trabajo que nadie haya visto jamás. Serán las primeras ondas del despertar de la conciencia de los generadores. Los viejos líderes todavía están por aquí, pero su tiempo se está acabando velozmente.

El I-Ching de los chinos está construido sobre la base de cuatro símbolos binarios a los que llamamos «bigramas». El símbolo que representa al manifestador está formado por dos líneas enteras; el llamado ‘Yang-Yang’. La revelación del Diseño Humano nos dice que los cristales Yang-Yang que hay encarnados en la actualidad están saliendo definitivamente del mundo de la forma. Se fusionarán literalmente con el Sol, donde su conciencia colectiva se convertirá en parte del cuerpo mas grande que formamos entre todos. Aunque esto no apele directamente a la forma actual de los manifestadores, sí atañe a la contraposición de sus aspectos cristalinos. En cualquier caso, todos los manifestadores resonarán con el hecho de ser el aspecto material de una energía que está a punto de abandonar este plano de la naturaleza de ser. Dicho con otras palabras, estamos entrando en una era en la que será el Yin quien domine, y los otros tipos de cristal comenzarán finalmente a manifestar su verdadera fuerza; el poder de esperar.

O sea, que este es el clima en el que viven los manifestadores en la actualidad. Son una fuerza ancestral viviendo en un mundo que ahora pasa de largo ante ellos, aunque eso no quiere decir que, como siempre ocurre en los declives naturales, los manifestadores no tengan todavía mucho que decir antes de marcharse. De hecho, se irán de aquí con el mayor estrépito que la humanidad haya conocido jamás, ya que así es también como llegaron. Si eres un manifestador, deberías saborear y cuidar tanto la vida que estás viviendo en este momento como si fuese la última vez que vayas a vivir, porque es para que despliegues tu grandeza sin ningún tipo de límites ni restricciones. Si puedes, imagina cómo es tu última vida en este maravilloso planeta, y luego arranca y ponte a crearla.

Siendo yo mismo un generador, he podido experimentar directamente la imponente presencia de un manifestador viviendo en el corazón mismo de sus sueños. Me siento privilegiado de haber sido testigo de ello en varias ocasiones, y cada vez me ha provocado el mismo asombro. Sin embargo, no quisiera dar la impresión de que rugir como un león es todo lo que sabe hacer un manifestador, porque eso no es nada mas que una pequeña impresión de quién es de verdad esa persona. En realidad, todos los manifestadores son unos gatitos. De hecho, son maravillosamente ingenuos, sobre todo en el sentido de que no resuenan realmente con la necesidad de trabajar que hay en el resto de la especie. No están particularmente interesados en ‘ser útiles’. La mayoría de los manifestadores prefiere simplemente poder llevar una vida tranquila en la que puedan dedicarse a lo que le interesa sin que nadie les moleste.

Una de las visiones mas tristes que he visto en el Diseño Humano está en los manifestadores que no están viviendo su vida como si fuera la última vez, sino que están perdiendo el tiempo, con la esperanza de que todo mejore, esperando a que les ocurra algo. Si eres de tipo manifestador, entonces te toca salvarte a ti mismo, y tendrás que hacerlo completamente solo. Como todos los demás, también tendrás que esperar, pero cuando llegue el momento de la acción, entonces informa a todos los interesados y corre el riesgo de que te rechacen.

El manifestador tiene que aceptar el rechazo a un nivel tan profundo que le penetre hasta las mismas células. El rechazo es un tema y una cuestión de los manifestadores, pero si viven correctamente su diseño, quienes les importan de verdad jamás les rechazarán. Por el contrario, les amarán y honrarán por lo que son: sencillos, poderosos, indomables, seres amantes del espíritu de la libertad, que probablemente prefieren ser recordados como absolutamente ordinarios a ser considerados particularmente especiales.

O sea, que cuando el manifestador se hace la pregunta: “¿Cuándo me podré volver a casa?”, realmente esa pregunta proviene de su No-ser. El manifestador simplemente no tiene su interés puesto en el futuro, ya que no es algo que vaya con ellos. Están aquí para disfrutar de estar aquí. Si eres un manifestador, es preciso que reconozcas que esta vida que vives es un regalo que te hacen los dioses. Tus responsabilidades genéticas ya han concluido. Lo que hagas a partir de ahora es solo para ti, y tu única responsabilidad real es disfrutar de las recompensas por haber sido y ser tú mismo

La Cuestión del Manifestador – Richard Rudd

 

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