Hay una llave fundamental para la comprensión de los Proyectores, y solamente puede ser encontrada desde la perspectiva que otorga una visión global. Sabemos que, estadísticamente, los Proyectores reúnen a un 21 % de la población. Eso significa que una de cada cinco personas, más o menos, es de tipo Proyector. Esas cifras son realmente interesantes, especialmente si se las considera en el contexto del funcionamiento de nuestro pozo genético.
Hay en el Cuerpo Gráfico del Rave un circuito muy misterioso, curiosamente conocido como el WA. El WA contiene el secreto de la coreografía de todos los pozos genéticos de los seres humanos. Algún día, cuando todos estos aspectos del Diseño Humano hayan sido explorados en profundidad, seremos capaces de reconocer el modo en el que los diseños individuales se agrupan, del mismo modo que se agrupan las células de cualquier organismo para crear los órganos del cuerpo al que pertenecen. Para quienes tengan dificultades con la idea de que no tenemos elección, este material es altamente escabroso y peligroso. El WA nos muestra cómo diferentes diseños humanos individuales se organizan colectivamente, formando un solo rebaño, con el fin de ejecutar ciertas funciones esenciales dentro del cuerpo más grande que representa la humanidad como un todo.
El WA
Imagina, entonces, que la humanidad entera es un cuerpo igual al tuyo. Solamente existen cuatro tipos de células, cada una de ellas con su propia sub-programación. En un extremo, tienes una pequeña cantidad de células que están programadas para funcionar independientemente, al margen de marco general de la programación genética. Irónicamente, sin embargo, estas células manifestadoras dependen tanto de la totalidad como las de cualquier otro tipo. Simplemente están programadas para parecer independientes.
En el extremo opuesto, tienes un porcentaje muy pequeño de células de alarma temprana, estas células inusuales no tienen ninguna programación propia, sino que están diseñadas para tomar muestreos muy exactos de cualquier entorno celular por el que estén pasando. En cada subcultura encontrarás unas pocas de estas células reflejando la salud del entorno local. Su función consiste en alarmar a la inteligencia general del cuerpo de cualquier trastorno potencial dentro del organismo. Se les llama células reflectoras.
El grueso de la vida celular del cuerpo (91%) está compuesto de los dos tipos de células, las más comunes son las células generadoras y, las células proyectoras. Estos dos tipos de células están diseñados para vincularse e interactuar entre sí. Las células generadoras crean colectivamente la vida del organismo. Son células puramente energéticas que vibran durante todo el día y toda la noche, encargadas de la construcción y del mantenimiento de la totalidad. Las células proyectoras son muy únicas en su funcionamiento, ya que no disponen de propulsión propia. De modo que se dejan llevar por las infinitas corrientes de energía creadas por las células generadoras. Puedes imaginar aquí lo fácil que le resulta a la célula proyectora asumir que no hay un propósito para ella en ese organismo. Sin embargo, cada célula proyectora tiene, de hecho, un propósito muy específico (algunas tienen más de uno), pero ese propósito solamente puede ser reconocido cuando ciertas células energéticas (generadoras) se juntan con las células proyectoras para recibir instrucciones. Dado que el proyector no tiene propulsión, está impotente a la hora de iniciar este proceso, por lo que debe permitir que sea la célula generadora quien le reconozca y se acople siguiendo su propio ritmo. Este proceso de reconocimiento tiene lugar a través de un código encriptado y un programa engranado en estos dos tipos desde el nacimiento. Es decir, que cada proyector es portador de llaves múltiples, capaces de ajustarse a un abanico enorme de cerraduras. Cuando una llave no concuerda con la cerradura, es algo muy obvio.
A través de los conocimientos que el WA pone a nuestra disposición, sabemos que la unidad genética básica es 5 (miembros). A estos grupos humanos compuestos principalmente de generadores y proyectores se les conoce también como “Pentas”. El núcleo familiar idóneo es una familia de cinco personas. Estadísticamente, eso significa cuatro generadores y un proyector. Como arquetipo, la función de este quinto proyector es la de mantener la estabilidad de los 4 generadores.
Bueno, en este apartado siguiente es donde las cosas se ponen un poco escabrosas, de modo que sujétate a tu asiento e intenta ¡seguir conmigo…!
Del mismo modo que este quinto proyector reúne a 4 generadores para formar un “Penta”, este “Penta” toma luego vida propia. Busca también una unidad mayor en la que acoplarse, lo que se conoce por el nombre de OC16. Los “Pentas” (grupos de 5 seres humanos) buscan siempre a otro proyector, conocido como el Alpha. Los Proyectores Alpha se acoplan naturalmente con tres “Pentas” distintos, lo que forma una unidad de 16 personas (incluido el Alpha). A partir del momento en que reúnes a 16 personas, tienes de hecho el fundamento de cualquier pozo genético, el cual sigue creciendo luego de modo exponencial.
Bueno. Lo voy a dejar aquí mismo. Tanto si has podido seguir mis razonamientos como si no, lo que estoy intentando establecer es que, si eres un Proyector, estás genéticamente codificado para tener a otros (específicamente generadores) que te reconozcan y se acerquen a ti. Este es el fundamento del éxito de la humanidad como especie.
El rol del Proyector es el de pivotar el grupo para que la vida se organice de un modo coherente. Pero hay en ello una gran ironía para el Proyector, y es que no tiene que hacer nada hasta que no sea reconocido por otros. Todos los proyectores saben cuándo la llave encaja, porque todas y cada una de las células de su cuerpo se iluminan. También saben cuándo solamente encaja a medias. Esos son los momentos críticos para los proyectores. Si la llave no encaja perfectamente, entonces tienen que saber sonreír y darse la vuelta.
Así que, ¿hasta cuándo tiene que esperar un Proyector? Pues bien, yo diría que para siempre. Hay un secreto muy profundo que se revela a los proyectores a medida que avanzan en su proceso de de-condicionamiento, y es que, esperar en sí mismo es algo que transforma las células. El alivio de no intentar hacer que las llaves encajen cuando no lo hacen por sí solas, libera la vida de los proyectores de una tremenda presión. Pero también está claro, a partir de mi propia experiencia en la observación de proyectores, que no siempre son capaces de tirar inmediatamente las llaves que no encajan. Algunas veces esas llaves son personas que proveen su sustento vital, y los proyectores tienen que aferrarse a ellas hasta que encuentren las llaves correctas con las que reemplazarlas. Ese es un paso que requiere mucho coraje – el de esperar a sabiendas que algo no anda bien, y que uno es impotente para imponer ningún tipo de cambios. Yo siento mucha admiración por cualquier Proyector que esté pasando por su descondicionamiento, y también he aprendido que no puedo avanzar nunca en la vida sin la presencia de proyectores en lugares clave a mi alrededor.
Proyectores, si no lográis tener paciencia, entonces no hay esperanza para ninguno de nosotros…..
Autor: Richard Rudd